Había imaginado esta ciudad que no conocía hasta hace unos meses, cuando en una tarde de septiembre, cual estaca se hincó en mi alma.
Es aquí verano, estamos ya en febrero. Sensaciones muy especiales descubriendo algunos de sus barrios, callejeando algunas de sus calles, disfrutando alguno de sus rincones,...sintiéndome una mas de sus habitantes. Y digo "algunos" pues es muy grande.
Es aquí verano, estamos ya en febrero. Sensaciones muy especiales descubriendo algunos de sus barrios, callejeando algunas de sus calles, disfrutando alguno de sus rincones,...sintiéndome una mas de sus habitantes. Y digo "algunos" pues es muy grande.
Primera impresión desde el avión, cual desayuno tras despertar sobre una magnifica alfombra cuadrillada de enormes latifundios tras atravesar el oceano silencio, Brasil o quizás ya Uruguay, esa cordillera Andina escarpada y dienteando,...de un rojo como coloreado del crepúsculo, arado por el viento al infinito,...y a modo de pequeña verruga, la protusión del Aconcagua.
Atravesar el aeropuerto se me ha hecho largo, zigzagueando para atravesar los controles (servicio de aduanas, servicio agrícola y ganadero), cambiar unos pocos Euros por Pesos,..Por fin, encontrando el aire de Santiago, enfrente del Holiday Inn esperado,...he tomado el bus a Santiago.
Desde el fondo del autobús movimientos de cabeza de un lado a otro: Peaje, bordes de carretera áridos con muchos papeles y plásticos flotando, después edificios de actividades, solares vacíos,..por fin las primeras casas. Una carpa de un circo que me llevó a Violeta Parra. Estación Pajaritos y por fin Los Héroes. En los pocos kilómetros desde el aeropuerto la ciudad se ha ido formando.
PROVIDENCIA
Los siguientes km han sido a la sombra del Metro. La salida "según atravieses los tornos derecha derecha" allí estaba. Pedro de Valdivia.
He alzado la cabeza hacia arriba buscando la luz del día y ese paisaje de Providencia. He tenido que escalar la fachada del gran edificio hasta llegar al cielo azul y el sol que, por cierto, casi ciegan mis ojos.
Segunda gran impresión tras llegar.
Los siguientes km han sido a la sombra del Metro. La salida "según atravieses los tornos derecha derecha" allí estaba. Pedro de Valdivia.
He alzado la cabeza hacia arriba buscando la luz del día y ese paisaje de Providencia. He tenido que escalar la fachada del gran edificio hasta llegar al cielo azul y el sol que, por cierto, casi ciegan mis ojos.
Segunda gran impresión tras llegar.
Calle abajo, sinuosas aceras, alternantes semáforos que hacen atravesar de una acera a la otra,....intentos de esquivar el sol. Bellas aceras rodeadas de verde hasta el pie de inmueble.
Destino preciso bella hoja de instrucciones en mano, he llegado al inmueble.
Alzo la vista, recupero las llaves. Subo, abro, angular 360°, me sitúo, avanzo, dejo la maleta. Leo la pequeña nota sobre la cama y a la terraza. Eureka!: llegué!
Alzo la vista, recupero las llaves. Subo, abro, angular 360°, me sitúo, avanzo, dejo la maleta. Leo la pequeña nota sobre la cama y a la terraza. Eureka!: llegué!
Priorizar entre duchar-comer-dormir o dormir-comer-duchar ha sido un estruendoso atragantamiento combinatorio de excitación-cansancio-alegría. Así que tras ducharme y comer unos deliciosos spaguettis que esperaban en el frigo, he dormido una siesta antes de dar los primeros pasos sin maleta.
En primera caminata, el cerro de San Cristóbal que sin ver había visto. Tras vislumbrar la ciudad de lo alto y beber un "mote con huesillos", he bajado lo mas apresuradamente para llegar. Llegar a Destino. Mi corazón ha cabalgado a mas velocidad que mis piernas.
Fin de jornada en un bar español "los magdalenos", pizza para el estómago y lo mejor, la compañía.
En primera caminata, el cerro de San Cristóbal que sin ver había visto. Tras vislumbrar la ciudad de lo alto y beber un "mote con huesillos", he bajado lo mas apresuradamente para llegar. Llegar a Destino. Mi corazón ha cabalgado a mas velocidad que mis piernas.
Fin de jornada en un bar español "los magdalenos", pizza para el estómago y lo mejor, la compañía.
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